sábado, 16 de abril de 2011

El retrato de la inconstancia

El blog habla mucho de mí, sí. En octubre me dormí. Y ahora, varios meses después, el edificio de enfrente ya está así. Todas las fotos del medio no existen, no están, ni vivas ni muertas. Qué le vas a hacer.

lunes, 11 de octubre de 2010

El dolor de lo indefectible

Y sí. Ahí lo ves. Pasaron varias semanas, acá, en el blog, pero por mi cuelgue, cosas de la vida, viste cómo es... Pero lo que no se detuvo fue la obra. Ahí la tenés. El primer piso ya está casi resuelto. Parece inevitable: habrá un edificio, frente a mi edificio. Esto ya no para ni aunque a Macri se le derrumbe el obelisco.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ya están armando el Yenga

Ya las maderitas van tapando el piso. Ya ahí, en el medio, comienza a despertarse una estructura. Ya hay fierritos, alambres, y más de una vez vi allí al camión mezclador de cemento. Ya no hay marcha atrás, según parece. Ya no me salva ni el Chapulín Colorado.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Novedades que se ven, novedades que se escuchan

No, no se detuvo la obra por los derrumbes en Urquiza. No. Se ve que no sirve mucho rezar cuando uno no cree en Dios. La cuestión sigue en marcha. A primera vista, no parecen muchos los cambios. Algunos agujeritos más, muchas maderas, y el triunfo de la publicidad: los carteles que dan a la calle ya nos venden cosas. Enhorabuena. Sin embargo, hace dos días ingresó a mi vida un nuevo elemento, que recibí con la misma sensación con la que recibiría una invasión de abejas asesinas. Señoras, señores, démosle la bienvenida a algo que, si mi intuición no me engaña, sería algún tipo de aparato cortafierro, y que se percibe claramente a través del oído. Esta simpática maquinola, a la cual a partir de ahora llamaremos "El Corta", arranca su actividad bien tempranito, a eso de las 8 de la mañana. Creo que lo hace sola, de modo independiente, mientras los albañiles aún desayunan. La onomatopeya de su sonido es prácticamente irreproducible, aunque yo arriesgaría algo así como "FFFFGGGGYYYIIIIIIIIIUUUUUUUUUUUUUUUOOOOHHHH." Los que lo han escuchado alguna vez, me dirán si suena así, o propondrán otras grafías para tal sonido. Yo, mientras tanto, sólo me pregunto si "El Corta" irá subiendo junto con el crecimiento del edificio, y si llegará el día en el que cortará fierros a escasos cinco metros de mi oído. Dios dirá.

martes, 31 de agosto de 2010

A mí la lluvia...

...me hizo feliz siempre. Pero mucho más feliz me hace ahora, porque cuando amanece lloviendo, amanece sin albañiles trabajando. Que llueva, que llueva, siempre siempre.



La lluvia en los dedos de mi hermana Laura:


Lo dijeron en la tele;
lo dice el cielo que evidentemente
se va preparando pero sin apuro:
formula nubes blanduzcas
cada vez más opacas
y cada vez más dueñas y señoras:
levan; intentan hacer del cielo un techo,
exhalan ese perfume promisorio
transformador del tono molecular del aire.
Lo publicaron en el diario
con el dibujo de la nube gris
atravesada por el rayo;
sólo queda esperar, disimulando,
como si la certidumbre de la lluvia
no se volcara sobre nuestros actos
renovando del todo su carácter.

domingo, 22 de agosto de 2010

Una semana, pocos avances...

Un par de agujeritos más por aquí, una vereda rota por allá... son las poquísimas novedades de esta semana que transcurrió. En silencio yo, y bastante poco ruidosos los albañiles. Abajo a la izquierda, mientras tanto, vemos a un vecino espiando: "¿Qué habrá adentro? ¿Cómo avanzará la obra? ¿Ya habrán tirado abajo la casa que había antes? ¿Hay parrilla, para que preparen asado los muchachos?" Ay, querido vecino: si conocieras este blog, no tendrías que andar haciendo contorsiones para ver por la rendija. Haré volantes y los tiraré por debajo de la puerta de cada habitante de Almagro. Eh... está bien, por ahí no en esta vida. 

domingo, 15 de agosto de 2010

Bastante ruido para poquísimas nueces

Pasó una semana sin que yo pusiera novedades acá. Pasa que, si comparan con la foto anterior, hubo realmente pocos cambios. Se divisan al fondo a la derecha unos agujeros, que algún lector sabrá decirnos para qué son. Ahora, si vos te pensás que como hicieron tan poco a mí me dejaron dormir tranquilo, pues no. Por alguna razón, para esos mínimos avances hicieron bastante espamento. Siempre, fieles a un estilo, entre las 8.00 y las 9.30. Después, sí, se ocupan de tareas silenciosas. ¿Cuán descabellado es pensar que lo hacen a propósito? ¿Eh? ¿EEEEHHHH?

lunes, 9 de agosto de 2010

Donde hubo casitas...

...no queda nada. Esa maquinita que van ahí llegó el domingo a la mañana. Porque, sí, parece que los muchachos de la obra de enfrente no planean parar ni cuando Dios descansa. Y en 24 horas se llevó puestas todas las paredes. Re Simcity, la vista. ¿Nadie quiere comprar ese terreno ya y poner una plaza con su nombre? ¿Eh? Apuren, que queda poco tiempo.

viernes, 6 de agosto de 2010

Todo puede ser peor (y buscamos un héroe)

No, no pasó de posta, esto. No me encuentro con estas caruchas cada vez que salgo de mi casa. Es una colaboración (photoshop mediante) del twittero @lisandropuzzolo, que también se encargó del título del post. Y es cierto, que todo puede ser peor. Aunque hoy, a las 8 de la matina, cuando arrancaron los martillazos... no sé, no me parecía. Pero no, las fotos no están y los cuatro rectángulos siguen vacíos. En el post anterior recibí algunas propuestas de ustedes, y la que más me gustó fue la de escribir Puto El Que Lee, así, una palabrita en cada cartelito. Pero yo no tengo aerosol, no hice una pintada nunca en mi vida, soy un burguesito de Almagro. Así que lo del paréntesis del título: buscamos un héroe. Alguien que ponga el aerosol y la muñeca, se acerque y escriba las cuatro palabritas. Está a dos cuadras del Parque Centenario, la cuestión. Sarmiento entre Lambaré y Panamá. Entonces... ¿quién se anima? No pierdo la fe en que una de estas noches volveré a mi casa y encontraré el desafío planteado ahí enfrente.

jueves, 5 de agosto de 2010

Antes que nada, a vender

La casa todavía no fue derrumbada, pero hoy amanecimos con otra novedad: ya pusieron esa protección que se ve en la foto, y las carteleras en las cuales pegarán carteles, claro, para empezar a venderme cosas. Es redondo, todo. A mí se me hace que los productos que se publiciten ahí no se van a ganar todo mi afecto. Y me gustaría, en realidad, que el objetivo fuera el contrario: que nosotros, los vecinos, les dejáramos escritas nuestras opiniones sobre su flamante obra. Se me ocurren varias cosas que escribiría en esos espacios, todavía en blanco. ¿Vos, qué pondrías? A ver si todavía vamos en comando y plasmamos amorosos pensamientos...