martes, 3 de agosto de 2010

La mala noticia...

Pero un día salí de mi edificio y vi, justito justito enfrente, este cartel. Juan Carlos, el encargado de mi edificio, me confirmó: "Sí, va a ser un edificio de 8 pisos más terraza." Juan Carlos no entiende por qué para mí es tan grave. Él vive en planta baja, así que su vista no cambia demasiado. Yo, en cambio, el día en el que el edificio esté construido, tendré un balcón a, ponele, ocho metros de mi balcón: un horrendo mastodonte de concreto tapándome la luz y la mirada abierta, y a la vez mirándome de cerquita. Juan Carlos, además, como buen encargado, se debe levantar, no sé, ¿a las cinco, a las seis? A él probablemente no le influya tanto tener martillazos, sierras eléctricas y chamamés desde las 8 de la matina. A mí, en cambio, me crecerán las ojeras y el mal genio. Por eso este blog: para ir guardando, más para mí que para otros, registro de cómo, a medida que crece el edificio de enfrente, yo me hundo en un mar de maldiciones y rencores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario